Un Gerente con distinto ADN

Me da vueltas la idea de los nuevos cargos, exclusivos de privilegiadas organizaciones siempre en crecimiento.

Como el título de Gerente de Desarrollo Estratégico, que conceptualmente comunica una previsión, un adelantamiento de los escenarios.

¿No se transformará en Desarrollo Estratégico Identitario? ¿No es acaso la solidez de la identidad, cualquiera que sea, el mayor capital de comunicación de una compañía?

Porque me calza la figura de un directivo comunicador riguroso, mensajero efectivo, analista preciso; un creativo-ejecutivo-eficiente, con ADN de estratega y energía inagotable.

Preocupado del comportamiento y efecto de su marca, en un ambiente de transformaciones que recién comienzan.

En un escenario así, no se necesita preguntar.

De capitán a paje tienen oportunidades para estar al día con la comunidad que define, construye y cuida la empresa.

Entonces nuestro Gerente de Desarrollo Estratégico Identitario, un día cualquiera atravieza la puerta principal de la casa matriz y se cruza con un empleado de un área distante, de rango distinto que lo reubica reinterpretando la marca. Con sólo una simple idea, apunta más alto.

El nuevo gerente valora esa recomendación de pasillo, la anécdota coloquial que sabe, puede evolucionar en una potencial idea, análisis; incluso una renovadora estrategia.